22 de agosto de 2007

El viaje

Hace una semana estaba con mi amigocha, mi hermanita, disfrutando de nuestro ultimo viaje antes de su nueva vida, fue emocionante, y reconciliador.
Los sueños que se quedaran en el baúl de los recuerdos, en el baúl donde los amigos solo sueñan que harán en conjunto, cuando en realidad los sucesos y los nuevos retos marcan el lugar por donde continuar, por donde se irán, por donde se volverán a cruzar. Tal vez no habrá una segunda oportunidad pero la que tuvimos la supimos aprovechar.

Comenzamos el viernes, nuestra ultima aventura.
Viajamos toda la noche y temprano las hormiguitas nos recibieron; después de muchos percances, nos compartieron un desayuno, en un wins allá en Azkapozalko, nos llevaron al espacio donde dan de brincos. Nos compartieron el Tlaloc que se encuentra a la entrada del Museo de Arqueología, alla en el paseo de la reforma; esa gran obra creada por nuestros abuelos, un poco de kopal fue nuestra ofrenda por esa foto que nos regalo. Nos despedimos en el centro. Ahí comenzó nuestra travesía por el centro del Distrito Federal, sufriendo del síndrome DF, donde los pies y los sentido no responden al ruido, a los olores y gritos que nos dan ese espacio, el sentarse a contemplar esa gran explanada, donde el aroma a Kopal, los gritos de los vendedores y ya durante la tarde la lluvia nos relajo, donde el miedo a estar en una ciudad desconocida, pero tan conocida, nos hacia parte . Encontrar a nuestro amigo Itzkuahutli y comenzar nuestra aventura juntos, descubrir esos miedos, esos sueños, como mexicaneros envueltos en un sistema, que formamos parte y del cual cada día nos sentimos más ajenos.
Nos compartió su techo en su nueva casa, sus alimentos y a su familia que cada vez la siento mas cercana.
El domingo fuimos al cerrito de HUIZACHITEPEC (cerro de la estrella) en Iztapalapa, donde disfrutamos de una obra de teatro montada por algunos miembros del kalpulli Kuitlahuac, remembrando la NOCHE VICTORIOSA, (mal conocida por nosotros por la noche triste). Ahí vibramos y lloramos con ellos, tal vez el reconocer ahí el principio de la oscuridad en que nuestro pueblo se sumergió.
En la tarde nos fuimos a hacer cola para entrar a ver la obra de Frida Kahlo, que quieren que les cuente, el ver las obras originales de esta mujer, esos cuadros asombrosos que se han hecho famosos y se han vuelto de un gran valor monetario, estéticamente raros, porque a pesar que muestran sufrimiento, muchos son de un gran valor simbólico, a mi lado oscuro le dio lucecita, le dio calorcito, no me senti tan perdida, la mayoría son autobiográficos. Que decir de los fotógrafos famosos que plasmaron su imagen en un sin fin de placas, el descubrir manías, aficiones, el conocer que era tan real como muchos de nosotros, que el estigmatizar nos estigmatizamos, esa mujer que era un gran obra al intelecto, donde nos enseñaba que era vivir al 100%, en donde la pasión se respira, realmente valía la pena esas 5 horas de espera, la gente llegaba por diferentes rincones, de muchos estratos sociales, países, ideologías, ahí eran uno en espera del artista.
Ya noche visitamos a otra gran mujer Ketzalmiztli, compartimos galletas de animalitos con café de olla.
Lunes siguió nuestras compras obligadas, Maye fue nuestra acompañante, después de peregrinar por todas las tiendas de artesanías un gran hueco se presento en mi, una gran ausencia que se acrecentó al síndrome DF. A media mañana fuimos al Zócalo para ver si había manifestaciones por el 13 de agosto, solo vimos una gran explanada guarnecida por los granaderos, (la represión hacia acto de presencia), los grupos de danza ataviados con su atuendo, estaban a un costado de la catedral.
Visitamos la catedral metropolitana, y ahí encontré una enorme sorpresa, como en tres grandes ventanales en el atrio estaban los restos de lo que fue nuestra antigua civilización, tres enormes peceras que nos hacían viajar al pasado, donde sin más letreros y solo nuestra imaginación podríamos deducir que era:
“VENIMOS A SALVAR A ESTOS SALVAJES, DE LA BARBARIE EN QUE VIVIAN”
¿Realmente lo hicieron? No puedo entender mis sensaciones, y lo que viví en esos momentos. Estoy conciente que vivo en un país inculto, en donde la ley de la derecha y la iglesia católica hacen el teje y maneje a diario, en donde nadie comprende un poco de historia de México, y que lo mas antiguo que conocemos es a nuestra virgen de Guadalupe…. En fin nuestro día termino despidiéndonos de nuestro anfitrión en el metro, nuestros pasos se dirigían a la central de autobuses observatorio, buscando nuestro boleto a Tizca, llegamos y el ultimo ya había salido, nos dispusimos irnos a Toluca, nos despidió la gran orbe con los grandes desarrollos empresariales y una zona arbolada muy grande, el bosque era nuestro compañero, por un rato.
Llegamos a TOLUCA, y buscamos como llegar a Tizca, el último camión había salido a las 5:30 pm la incertidumbre se apoderaba, estábamos en Toluca sin una idea clara de cómo llegaríamos a Tizca, caminamos rumbo al lugar de la terminal de taxis, cuando como caído del cielo un Taxista grito: -¿VAN A TIZCA?- la respuesta fue si, y en medio de la risa y el desconcierto aceptamos su proposición, sentíamos que ya teníamos la mitad del camino recorrido. En una excitación constante y muertas de miedo comenzó nuestro trayecto, la Chapa no recordaba absolutamente el camino, el cual es totalmente boscoso y lleno de curvas, nos llovizno y el chofer del taxi como alma que lleva el diablo nos llevaba por esos parajes, nuestro arribo a Tizca fue emocionante a las 9 de la noche en lunes el pueblo lucia muerto, con restos de lluvia el ambiente fresco, nos instalamos en el hotel y salimos en busca de un café y algo que cenar, terminamos haciéndolo en el café del hotel, nuestro día se había terminado; ya en el cuarto un buen baño, y dormir seria nuestra penúltima noche juntas el MERCADO DEL MARTES nos esperaban. El martes comenzó con un gran bullicio en las calles, en medio de los puestos, fuimos y vimos el pueblo desde sus alturas, tome fotos y el intercambio de las señoras que llegaban al pueblo en busca de sus víveres, TRUEQUE tal cual se veía en cada uno de los puestos, mi corazón lleno de excitación y una sensación rara me acompaño todo el día, compras de pan, atole, pulque, patas, tamales, maíz, fruta, el color característico de los mercados de pueblos se sentía, nuestros ojos y sentidos eran bienvenidos a los olores .
A media tarde regresamos nuestro rumbo a Toluca, de nuevo el bosque nos acompaño…..No alcanzamos a viajar en el día y teníamos 7 horas de estancia y lo peor no había quien cuidara las maletas, solo fuimos a la plaza de Toluca y comimos una deliciosa Torta Toluqueña, en esa gran explanada y luego de visitar su imponente catedral, un par de águilas nos dio su bienvenida, ahí terminaba nuestro viaje. El resto de la tarde la pasamos en la central de autobuses, nuestro regreso era inminente.
Una sensación de tristeza se apodero de mi, todo a causa de la Luna y aun más recordar que era el último viaje con mi Ama, en plan de solteritas. Creo que nunca me cansare de agradecer el habernos cruzado hace años, en el cerrito de Axixic, tal vez sigas viendo a la escuincla asustadiza y emocionada por lo que tenia enfrente, pero siempre a tu lado sintió el apoyo recibido día a día en todos estos años, todo este aprendizaje, continuo este vivir a diario esta amistad. Gracias Ama.

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