El sábado de nuevo me reencontré con la música, voces, imágenes, cuerpos, la fantasía que genera EL CIRCO DEL SOL (Cirque du Solei).
Este circo mágico, que solo nos demuestra lo excepcional que somos (hablando como genero), un circo plagado de gente extraordinaria. Seres que con sus cuerpos y plagados de habilidades, expertos en acrobacias, malabares y algunos aditamentos mecánicos, sus voces, claro es el circo del sol
No tengo idea de la capacidad que tiene la carpa, pero de algo estoy segura el 90 % de los asistentes, éramos adultos entre los 20-60 años, que esas dos horas no dudo que mas de uno se traslado a esa etapa que mas de uno añoramos “Ser niño”, yo lo hago y trato de ver y visualizar, un mundo plagado de fantasías.
Si, tal vez, esta vez Quidam me impacto más que Saltimbanco, por la única razón que este show era un poco más oscuro dramático. Esta ocasión fue encontrarme envuelta en un sinfín de historias, que millones de niños tienen cuando los padres no los toman en cuenta. Historias plagadas de miedos, fobias y soledades, que después nos acompañan. Era nuestro “moustro del armario”, “ese amigo imaginario”, en fin yo nunca los tuve, pero aun así no niego que más de un niño lo tenga o algún adulto lo recuerde. Esa forma en que los niños ven el mundo, esa capacidad que perdemos al ir creciendo, ahí en los minutos que transcurren en el espectáculo de QUIDAM
Tal vez ya me estoy familiarizando con esta forma de hacer arte porque para mi lo es. No se si alguien no comprenda porque esta adulta necesita de las fantasías para caminar, pero esas dos horas de QUIDAM, me hizo soñar, con ese mundo que tuve, cuando era pequeña, ese universo de fantasías y sueños, que solo ahí pueden continuar siendo, en el circo que aún mas admiro por no tener un solo animal, que lastimar y tener enjaulado. Descubriendo que el único animal que teníamos apresado, era el de nuestros sueños, que ahí nos enseñan a como liberarlo, con ellos.
Un circo que nos obliga a ver la vida, por medio de luces, música y cuerpos
Este circo mágico, que solo nos demuestra lo excepcional que somos (hablando como genero), un circo plagado de gente extraordinaria. Seres que con sus cuerpos y plagados de habilidades, expertos en acrobacias, malabares y algunos aditamentos mecánicos, sus voces, claro es el circo del sol
No tengo idea de la capacidad que tiene la carpa, pero de algo estoy segura el 90 % de los asistentes, éramos adultos entre los 20-60 años, que esas dos horas no dudo que mas de uno se traslado a esa etapa que mas de uno añoramos “Ser niño”, yo lo hago y trato de ver y visualizar, un mundo plagado de fantasías.
Si, tal vez, esta vez Quidam me impacto más que Saltimbanco, por la única razón que este show era un poco más oscuro dramático. Esta ocasión fue encontrarme envuelta en un sinfín de historias, que millones de niños tienen cuando los padres no los toman en cuenta. Historias plagadas de miedos, fobias y soledades, que después nos acompañan. Era nuestro “moustro del armario”, “ese amigo imaginario”, en fin yo nunca los tuve, pero aun así no niego que más de un niño lo tenga o algún adulto lo recuerde. Esa forma en que los niños ven el mundo, esa capacidad que perdemos al ir creciendo, ahí en los minutos que transcurren en el espectáculo de QUIDAM
Tal vez ya me estoy familiarizando con esta forma de hacer arte porque para mi lo es. No se si alguien no comprenda porque esta adulta necesita de las fantasías para caminar, pero esas dos horas de QUIDAM, me hizo soñar, con ese mundo que tuve, cuando era pequeña, ese universo de fantasías y sueños, que solo ahí pueden continuar siendo, en el circo que aún mas admiro por no tener un solo animal, que lastimar y tener enjaulado. Descubriendo que el único animal que teníamos apresado, era el de nuestros sueños, que ahí nos enseñan a como liberarlo, con ellos.
Un circo que nos obliga a ver la vida, por medio de luces, música y cuerpos
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