EL DIA QUE SECUESTRARON A LA FIL

Volvió la fiesta de los libros a mi ciudad, y con ella todo un mundo paralelo, de letras, artes y música. Los periodistas hacen su agosto, buscando el mejor ángulo del famoso escritor, editor o simplemente la gente snob de la ciudad. Año con año, Expo Guadalajara, se ve transformada en un mundo de letras, y sueños.

Este año como es costumbre el primer día fue el comienzo de la magia. Solo que Juan y yo, no contábamos con que la inauguración correría a cargo del “Felipillo y su corte celestial de bolillos”. Al llegar y no encontrar estacionamiento fue el primer obstáculo, después con bayas metálicas y un cerco de 10 cuadras a la redonda la prepotencia del Estado mayor presidencial, hacia de las suyas. Realmente dudamos del poder entrar, pero aún así, con la seguridad que nos caracteriza queríamos comenzar nuestras andanzas en los pasillos, pasamos un primer cerco donde nos preguntaban: INVITADO, GAFETE O BOLETO, nosotros creíamos que éramos boleto y comenzamos a caminar por donde nos indicaron, llegamos y había una maquina detectora de metales, y los guardias hacían la revisión correspondientes, buscamos donde comprar boletos y no vimos, cuando nos descubrimos dentro de la FIL, sin boleto, invitación, ni gafete….. Pues si, así era de eficiente la guardia.

Caminamos por los pasillos repletos de títulos, con Juan como guía y promotor de la lectura nos daba recomendaciones, yo ni lista traía, así que solo me dispuse a buscar algún titulo que me brincara. Pasaron las horas y las editoriales que Juan quería visitar estaban secuestradas, los vigilantes o los que simulaban ser el Estado Mayor presidencial, eran los únicos que podían, claro que el berrinche de los chicos de izquierda no se hizo esperar.
Cuando de pronto unos gritos se comenzaron a escuchar: -¡Vete presidente Espurio! no te queremos, ¡Vete!,- ¡Viva López Obrador! - una voz femenina se escuchaba, los guardias cercanos comenzaron a buscarla, y claro haciendo acto de su prepotencia y de su arrogancia, uno dispuso que se la llevarán, los reporteros que habían podido ingresar ya tenían su nota. Juan y yo sorprendidos, porque era lo menos que esperábamos encontrarnos, ya que nuestro bicicletero pueblo azul, i ni por error creeríamos que la voz de rebeldía apareció. Juan y yo comenzamos a hablar de la poca tolerancia, del miedo del Estado, delante del guardia que saco a la señora, tal vez con su energía nos había inyectado y recordado lo contrario que somos de ideales, y tal vez esa frustración que nos causo que estuviera secuestrada nuestra feria de letras.
Por fin termino el acto protocolario, y se fue el presidente de la mayoría rica de este país, y de todas aquellas personas de derecha. Por fin era nuestra la feria internacional del libro, abrieron las editoriales pendientes, y salimos……
Ya en la tarde descubrí en el radio la indignación de todos los que no pudieron llegar a las citas, y mucho menos poder abrir su Stand a tiempo y mucho menos al público en general, que año tras año, comienza a inundarse de letras el primer día, a las primeras horas. Los gritos de la señora, quedaron inmortalizados, y tal vez vengados todos aquellos que no disfrutaron del primer sábado de feria.
Espero que nunca un dignatario con tanto miedo vuelva a inaugurar mi feria anual de letras.