Jiji, ¿Suena a canción de Fernando Delgadillo? Pues algo hay de eso.
Tal vez desde hace tiempo comenzó esta sensación de que ya no somos niños, que esos 7 niños que se divertían jugando en la sala del departamento donde vivían y que su mundo eran esas paredes ya no lo es mas, cada uno ha tomado un rumbo diferente, están todos desparramados en diferentes puntos de la Republica Mexicana, (Cancún, Querétaro, Guadalajara), hay administradores, contadores, taxistas, empleados, unos con sus hijos, otros simplemente con su pareja y los eternos solteros, la distancia que se ha interpuesto entre ellos es grande, pero creo que ese lazo que comenzó hace muchos años cuando eran pequeños no ha sido roto, las broncas entre los padres nunca ha hecho mella en ninguno, creo que cada uno se quiere por todas esas aventuras infantiles que los hizo inseparables, a pesar de la distancia ; pero bueno el fin de semana estuvieron juntos, solo falto la mas pequeña, que tuvo sus motivos para no ser parte de la fiesta.
El viernes comenzó la travesía, en casa de mis tíos de Querétaro estuvimos reunidos a partir de las 11 de la noche hasta las 6 de la mañana, entre whisky, cervezas montejo y pacifico, tequila, y mucho pero muchas anécdotas giraron esas horas.
Ya pues a media mañana del sábado todo era bullicio, ese era el día de la Ceremonia Civil, así que entre peleándonos el baño, arreglando la casa, se llego la ceremonia, “solemnidad” nos pidió la Juez y eso obtuvo…. Realmente estuvimos tranquilos, pero en cuanto se fue la Juez, el bullicio comenzó, la fiesta fue en una exclusiva terraza del club de golf. Todos emperifollados, nos enfrentamos al primer dilema, mesas separadas, que así dispusieron los novios, después de un par de horas, todos estaban donde querían estar, hubo por ahí fotos de los 6 abrazados y felices por estar, alcohol, música y mucha mucha felicidad se hizo parte del día.
La fiesta termino cuando al novio lo aventaron a la alberca, y luego como piezas de ajedrez uno a uno de los primos, amigos, y tíos, varones fueron cayendo, nos fuimos a seguir la fiesta a casa otra vez a las 4 de la mañana fue cuando terminamos la parranda.
El domingo había boletos para la serie Nascar en el autodromo de la ciudad, no todos fuimos. Una carne asada fue lo ultimo que se compartió, claro sin perdernos de ver de nuevo el show de la alberca, en la video. Entre la carrilla y mucha felicidad, terminamos nuestro día, la despedida fue inminente, abrazándonos y deseándonos que esa parranda no sea la última, sino el comienzo de muchas más.
Yo regrese a mi casa, mas renovada, con 2 macetas de violetas, 2 esquejes mas, y claro con todo el amor que representa estar con esos 5 que pudieron estar.
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